Características

Renovado, mejorado y tan impactante como siempre.

La década de 1960 fue una década de avances sin precedentes para Seiko, tanto en términos de desarrollo técnico como de creatividad en el diseño. Junto al Grand Seiko, otra serie demostró la capacidad de la empresa para crear relojes mecánicos de bello diseño y acabado con gran precisión. Se llamaba King Seiko. Además de su precisión, ofrecía un diseño potente pero elegante que simbolizaba la alta calidad de su construcción. Hoy, después de más de medio siglo, la colección King Seiko vuelve con relojes que muestran la calidad duradera de la relojería mecánica de Seiko.

Los valores de diseño perdurables de 1965. La tecnología y la ingeniería de hoy.

El KSK de 1965, el diseño que definió a King Seiko.

Los cinco nuevos relojes comparten un diseño distintivamente afilado y angular que se inspira en el King Seiko KSK de 1965, que fue la segunda serie en crearse y la que definió el carácter de King Seiko. La combinación de una esfera plana con indicadores tallados y manecillas anchas y afiladas confiere al reloj una presencia refinada y llamativa. 

Diseño

Caja

La caja está construida de tal forma que, combinada con el cristal de zafiro en forma de caja, confiere a cada reloj un aspecto esbelto y elegante. Un revestimiento antirreflectante en la superficie interior del cristal proporciona una gran legibilidad desde cualquier ángulo. Las asas, atrevidas y biseladas, tienen ángulos agudos y amplias superficies planas con acabado de espejo y fino, lo que crea una sensación de precisión.

Manecillas e indicadores

El indicador de las doce tiene más del doble de anchura que los demás y presenta una textura estampada especialmente elaborada para garantizar una gran legibilidad y dotar a la esfera de un brillo que invita a la vista.

Emblema de King Seiko

La corona y el reverso de la caja llevan el nuevo emblema de King Seiko, cuyo diseño se inspira en el del KSK de 1965.

Brazalete

El brazalete rinde homenaje al diseño de la serie King Seiko original y sus numerosas superficies biseladas reflejan la luz de una forma dinámica y siempre cambiante.